La vida citadina se compone de mecanismos activos, de estrategias
comerciales, de tendencias populares y alternativas, es el espacio donde se
proliferan las producciones de una industria, donde existe un alto movimiento
de circulaciones e intercambios afectivos e impersonales.
La ciudad maneja la multiplicidad y
diversidad como enfoque cultural, dinámicas y entretenimientos para promover el
consumo, para obtener dinero y poder trabajarlo, Bogotá es una ciudad que se
compone de simbiosis callejera, de calles donde todos vivimos, donde en un
tiempo efímero las clases sociales se mezclan, las ocupaciones, las destrezas y
la violenta corrupción de la cotidianidad.
Cada cosa en su lugar, cada mugre
en su espacio, cada persona en su trozo de calle para trabajar, cada ejecutivo
en su empresa, cada calle con su ritmo, momentos imperceptibles, estaciones del
Transmilenio esperando a que las personas se conviertan en salchichas, algunas
parejas en moteles, zapateros esperando clientela, animadores de restaurantes
corrientes haciendo bien su trabajo, peluches gigantes incitando un producto
con una persona adentro, niños llegando a sus respectivos colegios,
universitarios a sus respectivas universidades, hippies metaleros vendiendo
joyería, rastas en discografías haciendo lo suyo, raperos cantando en
transmilenios, ratas viviendo del despistado, hombres o mujeres activamente
sexuales en sitios underground, músicos en su instrumento, artistas en contra
del sistema están formando su propia empresa o perdiendo el tiempo en
ilusiones, los habitantes de la calle, esperando que algún dia nadie los
rechace, abuelitas o abuelitos en inquilinatos, madres buscando la manera de
sobrevivir, padres jugando billar, mariachis vendiendo cocaína o cantando en
casas ajenas, punkeros esperando el dia de su muerte, las azafatas de Avianca
también, los chicos juiciosos esperando a la chica de sus sueños, chicas
juiciosas esperando a que alguien las rapte, hombres y mujeres trabajando por
una ciudad mejor, extranjeros vendiendo cd`s en la calle, viejos pervertidos
mirando niñas pasar, la risa de un niño esperando el juego, levantarse temprano
a limpiar el local, celadores poniéndose su uniforme, policías, también. La
señora de los jugos de naranja, los buen aventureros de la venta de caña y
coco, los cantantes salseros, los maestros del ocio jugando ajedrez en la
calle, los comandos esperando una pelea o una chica linda, marihuaneros en
busca del tiempo, alcohólicos disfrazados de alguien, chicos buscando respuestas en la biblioteca,
los recolectores clasificando nocturnamente, tatuadores citadinos luchan por un
trabajo, por un estilo de vida, altos empresarios con la mirada en alto,
esperando las caídas fuertes, sonrisas puras, encuentros inoportunos,
encuentros eternos e infinidad de cosas más,
esto también es una ciudad, no solo el ir y venir de una acción o un
objetivo, la ciudad muestra lo que queremos ver y lo que no.
Este tipo de especialidades,
escenarios están sujetos a la funcionalidad, al que hacer diario, a la
supervivencia y vivencia, de cada minuto en la ciudad de Bogotá, es una
interpretación subjetiva, pueda que sea un cuento, nada se sabe.
La seudo cárcel, un espacio de recreación
hacia la auto observación y la observación externa, un espacio interactivo de
una manera personal, nuevas sensaciones y exclusivos pensamientos en una “realidad”
no a una objeción “real”… un acercamiento a un imaginario mediático, sentirnos
en una frecuencia y transmisión de sensaciones reales.
Sistema plástico
Una caja tamaño promedio
Luces, leds
Láminas de aluminio
Sonido
Voces interactivas